lunes, 4 de junio de 2012

Fútbol y negocio: "Fin de temporada".

Dinero y fútbol, tras una larga relación de noviazgo encubierta no reconocida por los padres, deciden regular su situación. Llega la hora de que la sociedad no viva de espalda a esta unión y asuma el enlace entre deporte y negocio, lo saque a la luz pública y lo acepte con condiciones. El concubinato es una rémora casposa del pasado.

Gay de Liébana, Rafa Benítez y Alfredo Relaño en debate abierto para “Babylon Magazine”.






Ha dejado el fútbol profesional a los 25 años y no por una lesión o por falta de talento, sino por razones ideológicas. Javier Poves llegó a debutar en el “Sporting de Gijón”, pero no se sentía a gusto. Le sobraban los dos coches y la nómina que tenía en el banco. Harto del dinero negro y de la corrupción que rodea el mundo del fútbol, decidió estudiar el Grado de Historia en la facultad… ¿un ejemplo a seguir entre la locura que invade el fútbol patrio?, ¿algo está cambiando?. Quizás, pero el fútbol español está herido de muerte. En breve quedará en manos del capital extranjero, que tiene en la “Liga” una inmejorable vía de acceso a la economía europea. Es barato comprar un club en este país, para posteriormente saltar a otros negocios: la mayoría están cargados de deudas y altos pasivos y, a su vez, tiene la mágica posibilidad de reducirlas a la mitad con la “Ley Concursal”. Por otra parte no se ha sabido explotar el enorme activo del futbol-base; se ha preferido fichar a futbolistas extranjeros y hacer de oro a los intermediarios (que también hay dentro de los propios clubes), aún a costa de la ruina actual. Con más gente de la casa, con jugadores del filial y la cantera, los traspasos no habrían sido tan desorbitados y se habría evitado la hiperinflación salarial de los últimos quince años. Por citar algunos ejemplos: 13,5 millones de euros es el sueldo de Jose Mourinho, el entrenador mejor pagado del Mundo. Y 11, 4 de millones es el sueldo del jugador español mejor pagado de la “Liga BBVA”, Carles Puyol. A pesar de que el jugador catalán es un ejemplo de brillante recurso de cantera, la de Francia es la única gran liga donde han entendido la idea de “fábrica futbolística”, de producción y venta constante. Una lástima, porque si hay fútbol, hay pasión. Y negocio limpio. Per se, el mercado futbolístico es un sector residual no la altura de su repercusión social y cuya facturación es una quinta parte de los supermercados “Mercadona”. Pero indirectamente mueve mucho dinero y muchas influencias: es un “sector locomotora”. Genera más viajes, noches de hotel, camisetas… Además, los grandes éxitos dinamizan el consumo y refuerza la imagen de marca, como ocurrió con España al ganar el Mundial de Sudáfrica.




                                    Javier Poves, en un encuentro institucional del club con chavales 
                                                     de la cantera. Deja el fútbol por razones de conciencia.


Cuando mes sí, mes no, vemos caer canales del TDT, tiradas de prensa, canon a las radios, caídas de consumo publicitario e incluso pequeñas ciudades que se juegan la vida es un descenso… es cuando desenmascarado el fútbol se muestra a la sociedad en toda su manifestación de poder económico. Este poder es más tangible para la subsistencia de muchos de los “mass media”. Sin el fútbol no subsistirían un elevado porcentaje de medios de comunicación tal y como hoy en día se les conoce. Por tanto los ingresos por televisión son la principal fuente financiación de los clubes, muy por encima de los abonos y algo por encima del merchandising; para el Madrid o el Barça, suponen un tercio de su presupuesto anual que esta temporada ha ascendido a 140 millones de euros muy alejados de los modestos, que suele representar el doble: caso de sorpresas como el “Málaga C.F.” ostentado por un millonetis árabe, que con unos quince millones de ingresos televisivos, el 45% de su presupuesto estructural, ha alcanzado, aunque con rumores de impagos, puestos de “Champions”. La correlación del binomio club/medio es necesaria entre resultados y beneficios relacionados con entidades que directa o indirectamente viven del fútbol. No hay más que fijarse en la prensa deportiva, donde las grandes noticias son las buenas; por ejemplo, tirando de historial se constata que se vende el triple de periódicos de la habitual, durante quince días, cuando el Madrid gana la “Champions”. No obstante los medios venden su neutralidad: que interese dar una visión optimista, sin embargo, no significa ir obligatoriamente de la mano del club de cabecera. La gente tiende a pensar que esto es así para los periódicos deportivos y a los clubes por contra les parece todo apoyo mediático siempre escaso. Hay que contar, no obstante, las cosas como son, guste o no, aunque se viva de ellos. Los aficionados, que por una información no dejan de serlo, luego tendrán su opinión sobre su equipo y sobre su medio. Como las tenemos todos en lo que a las deudas de los clubes se refiere: no hay solución a su voracidad de capital si no se regula el sector. De toda la vida se ha gastado más de lo que se ha tenido, de tal modo que unas generaciones han endeudado a las descendientes. Por eso, ahora, van incluso contra la ley de mercado y piden más dinero por sus derechos de televisión cuando se está pagando menos por todo; incluso en esta línea de argumentación quieren aumentar el porcentaje de derechos quinielísiticos; o cobrar por primera vez a las radios como en el intento en esta temporada acabada, emisoras que tanto hicieron en su día por popularizar este deporte, por retransmitir todos los encuentros. Pero al contrario, tampoco: muchos sectores que viven del fútbol no le aportan nada. Un sinsentido que alcanza su culmen cuando los ayuntamientos financian a los equipos con dinero público con la esperanza de un rédito electoral.




                                   Deporte profesional y medios de comunicación, un binomio sinérgico.


Por otra parte, no es que los intereses económicos interfieran puntualmente en la gestión de un equipo; es que lo hacen constantemente. No se habla de presiones de las marcas comerciales o deportivas para alinear a cierto jugador, que no es más que un mito, sino a la influencia de los compromisos publicitarios. Rafa Benítez cuenta que tuvo un jugador que volvió lesionado de grabar un anuncio. Nunca dijo cuál, pero creemos se trataba de Fernando Torres. El ex atlético, a pesar de contar con un doble especialista, tuvo que golpear hasta cuarenta veces un balón en las tomas de producción y se dañó en aquella aventura el aductor derecho. Pero bueno, situaciones así acaban produciéndose cuando alguien cobra cinco millones limpios anuales por contrato con su club y veinte brutos por imagen (según datos de la “Premier Ligue”, la tercera parte del futbolista español que más gana, el fuenlabrense, son ingresos por publicidad).



                                                         Filosofía Capello: "Quiero ganar un euro más que el 
                                                                   jugador mejor pagado de mi plantilla".


Si un entrenador pidió una peseta más que el jugador de su equipo mejor pagado (referencia a Fabio Capello), ¿qué no van a hacer las estrellas y los jugadores franquicia por ganar más y engordar su ego frente a un club?. Solía decir el mencionado Benítez que a él personalmente no le gusta el modo de trabajar de la “Premier”. En ella el manager goza de mayor autonomía en la gestión de los recursos y eso le hace creer a la gente cree que tienes manos anchas para todo, para hacer y deshacer. Pero no: “Si el presupuesto para fichajes es de veinte millones, no te puedes gastar ni uno más; aquí los derechos de televisión no son tan generosos con los grandes como en la Liga; total, sacas la calculadora, vendes y, ya de paso, compras y refuerzas la plantilla”. Los nuevos propietarios que entran en la liga inglesa ponen mucho dinero en los clubes y colocan directores ejecutivos para llevar la parte financiera y controlar indirectamente también la parte futbolística, sin atender a caprichos o bien necesidades de los entrenadores-managers. ¿Se puede imitar ese modelo en España?. Los Gil Marín incomprendidamente lo intentan, pero es muy difícil. Llevaría mucho tiempo. Además hay connotaciones culturales distintas; aún tiene mucha importancia la figura democrática del socio. Irreconciliables aspectos sociales y económicos se enfrentan nuevamente sobre un campo de fútbol. Eso sí, la liga inglesa ha asimilado mejor la idea de lo que deberá ser el fútbol en el futuro y está mucho más concebida como negocio y orientada al espectáculo. Sin necesidad de grandes estrellas se pueden obtener buenos resultados de marketing: la premier sigue siendo la liga del mundo más competitiva e imprevisible. Este año la ganó el “Manchester City”. A día de hoy en España sería impensable que la ganara un “Atlético de Madrid”, vigente campeón de la “Europa Cup”, al que los grandes ya sueñan con robarles a su jugadores de referencia: Diego y Falçao. A esto se le ha venido a llamar “liga a la escocesa”.


                                                    A pesar de contar con un doble especialista (en la foto), Torres 
                                              se lesionó durante el rodaje de este filme publicitario para PepsiCo.



 

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