miércoles, 31 de marzo de 2010

¡¡ Carritos peligrosos !!

Estudios socioepidemiológicos alertan sobre la necesidad de prevenir los accidentes comerciales.



Madrid, Gonzalo Casino.






Padres dirigiéndose a linea de cajas
transportando a sus hijos en un carrito.


A pesar del descenso percibido y de las mejoras, los carritos siguen constituyendo un instrumento de compra peligrosos para los más pequeños. Aparte de los indeseables andadores o tacatás, existe otro artilugio que desatando las iras de los responsables de la prevención de accidentes infantiles y de la seguridad de sus productos de consumo: los carritos de las grandes superficies. En Estados Unidos, según las últimas estadísticas, cada año unos veinticinco mil viajes infantiles a borde de este “vehículo” conducen al niño al hospital. En España, intrapolando los datos, podrían producirse varios miles de estos accidentes, suponiendo un similar celo paterno y que los niños de un lado a otro del Atlántico sean igual de revoltosos. La mayoría de los infantes involucrados en este tipo de accidente son menores de cinco años y las lesiones más habituales suelen afectar a la cabeza y el cuello.

La mayoría de los infantes involucrados en este tipo de accidentes son menores de cinco años y las lesiones más habituales suelen afectar a la cabeza y el cuello, según un reciente trabajo sobre el tema publicado en el número de noviembre de “Pediatric and Adolescent Medicine”. Como se comenta en esta publicación, estos datos de accidentalidad podría estar subestimados, pues sólo se recogen los tratados de los en los servicios de urgencia. Aunque muchos de estos accidentes no suelen ser excesivamente graves, la elevada siniestrabilidad de estos vehículos, equipados en su mayoría con un asiento especial para niños pequeños, la publicación aconseja revisar su diseño, pues su altura y estrechez los hace proclives al vuelco. En algunos carritos ya se han empezado a instalar un cinturón de seguridad para el pasajero. Pero tampoco es cuestión de equipar estos vehículos con airbag y otros sistemas de seguridad.

Algunos de los modelos textiles que se comercializan para
adaptar el habitáculo infantil del carro a los niños.


En un estudio anterior, realizado por el Centro de Sociología Experimental de la Universidad canadiense de Alberta, en Edmonto, que observaron el comportamiento de doscientos treinta y cinco niños y los adultos que le acompañaban en veintinueve hipermercados, se registraron in situ diez accidentes, los que representa una tasa de 4,3%. En este estudio de etología humana (o, si se prefiere, epidemiológico), publicado en la revista británica “Accident Analysis and Prevention”, se registraron, entre otros parámetros, las lesiones, la posición del niño dentro o alrededor del carrito, la vigilancia paterna y la edad de los niños y los padres. Y se vio que los niños con mayor riesgo se correspondía con los mayores de tres años que viajaban no en su asiento, sino en el interior del vehículo. Las accidentes solían ocurrir cuando los niños intentaban salir del carrito mientras no los vigilaban sus padres; y las lesiones típicas eran arañazos, torceduras y chinchones. Los niños que estaban fuera del carrito eran menos propensos a tener un accidente. Asimismo, se comprobó que los carritos menos profundos o de menor volumen desanimaban a los padres a colocar dentro a sus hijos. Finalmente, aunque no había una relación significativa entre la duración del “viaje” y el riesgo de lesiones, cuando las compras y el consiguiente en carrito se demoran más allá de los veintitrés minutos, había una tendencia a que se produjeran más accidentes. En España, algunos hipermercados han puesto minicarritos para que los conduzcan los niños y se entretengan imitando a los mayores. Se desconoce la siniestralidad de esta medida y cómo influye sobre la factura de la compra.



Niño empujando un carrito en una tienda hipermercado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario